sábado, agosto 02, 2008

Un año en Medellín

Por fin me llegó la hora de hacer un alto en el camino y reflexionar de nuevo sobre el tiempo que ha transcurrido desde que dejé mi casa, mi ciudad, mis amigos, mi familia y mi trabajo en Bogotá. Son muchas las cosas que han pasado en este año, algunas buenas, otras no tanto, pero indudablemente, todas enriquecedoras.

El tiempoDos ferias de flores, una navidad, un cumpleaños, una semana santa…

Los lugares
Dos casas (Belén Rosales y Laureles), dos universidades (Eafit y UPB),

Los viajes
Tres viajes internacionales (Venezuela, Uruguay, Argentina), cuatro viajes nacionales (Bogotá, Cúcuta, Bucaramanga, Tolú-coveñas) y cinco departamentales (Guarne, SantaFe de Antioquia, San Pedro de los Milagros, San Antonio de Pereira y Llanogrande)…

Las rumbas
Mango´s, DC 10, coctelitos, BurguerQueen, La martinera, Taico, Candela Res, Al rojo, Lebón, etc..

Los amoresTodavía en puntos suspensivos...

Los recuerdosBueno, pero para ser más concretos, puedo decir que pasar del garaje de Belén Rosales al apartamento de Laureles ha sido uno de los momentos más significativos. También lo han sido mis viajes y rumbas en compañía de mi entrañable amiga Viviana. Cómo olvidar el frío de la finca de Guarne o el paseo a Tolú-Coveñas…Cómo olvidar mi primer 24 de diciembre lejos de casa, la primera vez en mi historia personal que he estado despierta hasta las 10 de la mañana después de una noche de ron y charla con todo tipo de personas.

El viaje a Santa Fé de Antioquia con mi mamá durante un puente de noviembre fue también otro buen momento. Pero también lo fue la salida a pescar en Belmira con Marthica Tirado, su esposo, su tío, Oscar y yo. Pescar dos truchas fue la mi mayor logro de la jornada. Cómo olvidar la vez que llegué de Bogotá al aeropuerto de Rionegro y conocí a Patricia, luego de una aventura de más de tres horas en un taxi colectivo que quedó atrapado en medio de un derrumbe.

Los coctelitos de Radio City, las borracheras en DC 10, las politas de 1.100 en BuguerQueen. Las amanecidas en la casa de Viviana, la jugada de parqués en la casa de Patricia, la despedida de fin de año 2007 en Mango´s. El bicampeonato de Nacional en la carpa amarilla, la visita de mi ex jefe, ahora editor de deportes de El Tiempo, Gabriel Briceño, a Medellín en épocas de furor futbolero, con una apuesta que nunca le pagó a Choco y al monito. Todas las veces que he servido de guía turística a amigos, compañeros, familiares y extraños. Han sido tantas, que creo conocer muy bien la ruta patrimonial de Medellín, mis amigos pueden dar fe de ello.

Y cómo olvidar mi curso de inglés en Eafit, el mes de gimnasio y ahora, mi especialización en la UPB. Las personas que he conocido también han sido muchas. Los parceros, Viviana, Andrés, Oscar, Daniel; los buenos compañeros, Mauro, Isa, Nata Castro, Andrés Ochoa; los buenos jefes, Nata Foronda, Andrés Montoya; la gente pila, Sarita, Perla, Camilo; la gente chistosa, Choco, el monito, Chalupa; la gente noble, Parme, JuanPa Ramírez, Jhon, Mike, Doña Cecilia, Doña Margarita…

Pero no todo ha sido color de rosa: la robada del televisor con los 180 mil pesos, las veces que he llorado por injusticias, las veces que esperé a que se concretara algo, las veces que soñé con una compañía, los fines de semana eternos en mi casa, las despedidas, las historias inconclusas, las desilusiones.

En fin, como lo dije al comienzo, todo ha sido enriquecedor. Lo que viene se muestra más emocionante, más certero…Ya veremos qué nuevos recuerdos, momentos y aprendizajes me trae este nuevo año, seguramente más historias que contar, más rumbas, pero también, más aprendizajes, más lecturas, nuevas letras… Y ojalá, un nuevo amor.

sábado, julio 19, 2008

Video de mi conferencia en Uruguay

Hola,

Si les interesa, pueden ver mi conferencia sobre el portal educativo de Medellín, http://www.medellin.edu.co/ presentada en Montevideo-Uruguay, en el marco del Foro Regional de Contenidos Educativos e Inteligencia Digital, lo pueden hacer a través de la siguiente dirección:

http://educas.secnetpro.com/scripts/mgrqispi94.dll?appname=GEducas2&prgname=LogInSLN&arguments=-AInvitado,-A00076000010000000011,-N0

Abrazos.

martes, julio 08, 2008

No voy en tren… Voy en buque y en avión…

Un domingo de madrugada, en pleno invierno de junio, llegué a Montevideo. En el trayecto de 20 dólares negociados (a lo colombiano) desde el aeropuerto hasta el hotel, la ciudad se mostraba solitaria, fría y lejana. Mi compañero de viaje y yo no sabíamos hacia donde nos conducía el taxista que en reiteradas ocasiones nos miraba por el retrovisor del automóvil y hablaba por celular como en clave (esto puede ser simple paranoia)… Al fin llegamos al hotel, cálido, pequeño, acogedor, sencillo, frente al mar-río. Habitaciones 113 y 114. A dormir.

Pasadas unas horas, sin tiempo que perder, nos levantamos a recorrer la ciudad. Como por ahí dicen que hablando se llega a Roma, decidimos lanzarnos a las calles de una Montevideo fría y aún dormida, una Montevideo que no imaginábamos y que hasta ese momento no nos ofrecía nada nuevo excepto el frío recalcitrante y la vista al mar-río.

Tomamos un Ómnibus (bus) y tras casi una hora de viaje, llegamos al centro de la ciudad por recomendación de la recepcionista del hotel que nos envió directo al mercado artesanal de domingo. Unas 20 cuadras conforman la Feria Tristán Narvaja, llena de chucherías, de ropa vieja, de antigüedades sin gusto ni uso y de mate. Casi podría compararla con el mercado de las pulgas del Terraza Pasteur de Bogotá, aunque mil veces más grande.

Caminábamos, mirábamos, analizábamos y nada que comprábamos. Creo que nos aterraba hablar por temor a que nuestro acento colombiano diera pie a los vendedores de sacarnos una buena ventaja en los precios. No sabíamos nada de Uruguay, de su moneda, de sus precios, de su gente. Solo sabíamos que estábamos allí por algo grande.

Del mercado solo llevamos un gorro para el frío y unos pocillos de mate. La curiosidad que nos despertó el ver a todos los peatones con un termo lleno de agua caliente bajo el brazo y una taza con mate, hizo que nos lanzáramos a pagar casi 30 dólares por cada uno. Bueno, tanto recorrer y mirar precios, terminó en eso.

Llegada la hora del almuerzo, nos inclinamos por el plato típico: Chivito al pan. No es más que una carne servida sobre una rodaja de pan de hamburguesa y un mundo de papas a la francesa que todavía me siento llena de solo recordarlo. Coka (coca-cola) de bebida.

Nuevamente en las calles de Montevideo, por toda la Av.18 de julio llegamos a la Intendencia de Montevideo, a unas cuadras de allí vive Graciela, nuestra querida anfitriona. Una mujer madura, alegre, interesante, nuestra madrina. Ella nos recibió en su apartamento con una charla amena acerca de la educación, la tecnología, el Uruguay, sus costumbres, su gente, su mate.

Horas más tarde llegó Gabriela, una cordobesa (argentina) sensualona, inteligente, risueña. Con un acento muy curioso. Pero la ciudad nos esperaba, quizá sería la única oportunidad de recorrerla, de admirarla y de vivirla, pues los siguientes 4 días estaríamos en un recinto atendiendo al evento al que fuimos invitados.

Fue así como llegada la noche nos lanzamos a conocer la ciudad vieja, la Montevideo de ayer, sus calles coloniales, su arquitectura, su plaza de la independencia, su gente abrigada, su olor, su color.

Así terminó nuestro primer día. La travesía apenas comenzaba.

CEIBAL Aprende

Comenzó el evento con unas palabras de los organizadores y finalizó con la intervención de Alejandro Piscitelli, el gurú latinoamericano de la tecnología en educación. Casi 10 horas en el Diario oficial, lugar del evento, y no podía dejar de pensar que la fortuna me acompañaba. Estar sentada al lado de personas que desde su nacimiento fueron sentenciados a ser grandes, más que por lo rimbombante de sus apellidos (Ripoll, Nervi, Piscitelli, Martinis, etc, etc) por su calidad humana y su capacidad de reflexión y crítica, fue para mí más que un lujo, un verdadero placer.

Pero más que por los personajes invitados, el evento fue un éxito por sus casi 100 maestras. Y digo maestras con el perdón del uno que otro maestro asistente. Unas señoras cálidas, que se acercaban para hacer charla, preguntarnos sobre Colombia, felicitarnos por nuestro proyecto y sobre todo, para brindarnos su casa: Uruguay.

Esas maestras de todas las regiones de Uruguay que fueron al Foro Regional de Contenidos Educativos e Inteligencia Digital para aprender, para reflexionar y para alcanzar a dimensionar la importancia histórica de su coyuntura educativa. ¡Buen viento y buena mar para los uruguayos!

Al día siguiente, Oscar y yo estábamos parados frente a un centenar de maestras contándoles que por estos lados del continente también se habla de tecnología en educación, que tenemos muchas cosas interesantes que mostrar y aportar, que nuestro potencial humano, nuestros niños y nuestros maestros, día a día luchan con la creatividad como herramienta para insertarse en el mundo globalizado y que la violencia de nuestro país no es de lo único que hablamos y lo único que nos representa en el exterior. ¡Aplausos y abrazos calurosos!

Impresiones 'uruguachas'


Estos son algunos datos curiosos de Uruguay: el país tiene una población de 3. 323.906 habitantes de los cuales 1.342.474 pertenecen a Montevideo. Es decir, casi todo Uruguay es tan grande como Medellín y casi toda su población está concentrada en la capital.

Existe una única universidad pública que es la Universidad de la República. La educación también es distinta a la colombiana. Cuando los niños saltan de la primaria a la secundaria, lo hacen también de recinto y de colegio. No es como aquí donde muchos de nosotros cursamos toda nuestra etapa escolar en el mismo colegio.

Un dólar equivale a 19 pesos uruguayos. Su baile tradicional es la murga, la cual tuvimos el placer de apreciar a través de los cantos satíricos de 'Agarráte Catalina', el grupo de murga más importante de Uruguay. Su licor tradicional se llama Licor de Butiá: dos copitas de prueba bastaron para que Oscar y yo estuviéramos en el limbo entre la risa y la locura.

Su gente toma mate de día de noche y casi que podría decir, que hasta dormidos…En bicicleta, caminando, en eventos, en la oficina, en la casa, en la escuela, con decirles que en una escuela se inventaron el Salón del Mate para que los estudiantes no entraran a clase con él sino que usaran ese espacio para tomarlo.

Algunos expositores y personas que conocí utilizaron palabras extrañas que yo no podría decir si son spanglish, español incorrecto o qué. Unas de ellas: “Webizar”: convertir algo a web. “Prácticas aúlicas”: para referirse a las prácticas de aula. “Perdóname que te jorobe”: que te moleste. “Tá,tá”: ok.ok. Setiembre: el mes de septiembre. “¿Viste?”: muletilla como ¿ves? “Estatuye”: que dicta estatutos. “Tiro la dieta a la chancleta”: que no más dieta.

Durante mi estadía el país anunciaba que cada niño de primaria tendría su propio computador portátil (XO) donado por el Estado, registraba que los sindicatos de trabajadores protestaban fuera a la intendencia por sus bajos salarios, y el presidente Tabaré Vásquez anunciaba que acababan de hallar gas natural. Por si fuera poco, ahora resultaba que Carlos Gardel era uruguayo y no argentino como siempre se había creído.

Bueno, por si fuera poco, desde allá también todo fue posible para mí: ir a Buenos Aires en buque, enamorarme a primera vista de un tiqueteador de aeropuerto, quedarme sin plata en la terminal de buses de Montevideo y conocer más de lo que imaginaba conocer, aprender y vivir.

domingo, abril 06, 2008

Contrastes

Así son mis días en Medellín...Basta con asomarme a la puerta de mi casa para ver los contrastes de la naturaleza, que mucho se asemejan a mi vida. Días lluviosos que hacen mover las ramas de los robustos árboles que cobijan la casa, y días primaverales que tapizan las calles de flores amarillas...

Top 5 de canciones que me recuerdan a alguien...

Cada una tiene una historia, tiene un rostro, tiene una sensación. No sé si sean muchas canciones para recordar con nostalgia, pero estas son las canciones que puedo escuchar 10 veces seguidas, y seguiré sintiendo que quiero morir en ellas...

No. 1: Always de Bon Jovi



No. 2: One de U2



No. 3: Iris de Goo Goo Dolls



No. 4: I Don´t Wanna Miss a Thing de Aerosmith



No. 5: In my place de Cold Play

domingo, marzo 02, 2008

Las cosas que suceden un primero de marzo

Ayer fue 1 de marzo. El país y el mundo entero recordarán esta fecha como el día que fue abatido uno de los guerrilleros más viejos del país, "Raúl Reyes". Las imágenes de su rostro ensangrentado, hinchado y de su camiseta mojada de los 40 años de la revolución de las FARC, me hicieron recordar que un primero de marzo, hace dos años, murió en una clínica del seguro de Bucaramanga mi abuela Maruja.

Ninguna coincidencia más que la del calendario tuvieron las dos muertes, sin embargo, la constante repetición en la televisión y en los diarios en Internet de las imágenes del guerrillero, me hicieron pensar que la violencia en este país no es solo con las armas. La violencia es también la negligencia, esa misma que asesinó a mi abuela y que hoy, dos años después, sigue asesinando colombianos en las puertas de los hospitales del país.

Recuerdo con mucho dolor la noticia de un señor que murió en la puerta de la EPS Cafesalud en Bogotá por no tener afiliación a esa entidad prestadora de salud y por considerarlo un indigente, un ser de la calle. Esa imagen me quedó grabada por siempre: el hombre curtido de mugre hasta los poros y reclinado sobre una bicicleta que estaba fuera de la EPS.

La negligencia, como una expresión de violencia, que asesina a diario colombianos como el de Bogotá y como mi 'nona' (abuela), quien a sus 65 años murió esperando que le atendieran una hernia estrangulada que culminó en peritonitis, y que dejó a sus hijas, nietas, nietos y hasta bisnietos con el dolor en el alma, con una profunda tristeza y un inmenso sentimiento de repudio por todas aquellas personas que la vieron sufrir y no movieron un dedo para ayudarla, aún cuando en sus manos apretaba el carné del Seguro Social.

La violencia de un primero de marzo, la que vemos en las noticias, la que vivimos en carne propia, la que escuchamos, la que imaginamos, la que se siente en el ambiente, la que se expresa en palabras, miradas, actos. La violencia de un primero de marzo que marcó mi vida y la de mi familia, será también, el triunfo de unos, la perla de la corona de otros, la tranquilidad de muchos y el dulce recuerdo de todo un país que vio morir a uno de los guerrilleros más implacables del país.